Alerta en Newark: ¿Es Seguro Volar?

Viajar en avión es parte de la rutina para millones de personas. Confiamos en que los aeropuertos y las personas que los operan garanticen nuestra seguridad. Por eso, una advertencia directa de un controlador de tráfico aéreo sobre uno de los aeropuertos más transitados de Estados Unidos genera una seria preocupación. Recientemente, un controlador del Aeropuerto Internacional Newark Liberty (EWR) lanzó una alarmante señal sobre la seguridad en sus instalaciones, en medio de una persistente crisis de retrasos y cancelaciones que afecta a miles de pasajeros. Esta situación pone de relieve problemas más profundos en el sistema de control aéreo que necesitan atención urgente.

(La Advertencia Directa: Una Señal Alarmante)

La fuente de la inquietud más reciente provino directamente de alguien dentro del sistema. Según informó Tom Costello, corresponsal de NBC News, un controlador de tráfico aéreo de Newark le comunicó sin rodeos que la situación en el aeropuerto no era segura para los viajeros. "Dijo: 'No es seguro. No es una situación segura en este momento para los pasajeros'", reportó Costello. El controlador fue aún más lejos, aconsejando explícitamente: "No vuelen a Newark. Eviten Newark a toda costa". Una declaración tan contundente, proveniente de un profesional responsable de guiar aviones, no puede tomarse a la ligera y subraya la gravedad de los problemas operativos que enfrenta el aeropuerto.

(Un Patrón de Caos: Retrasos y Cancelaciones Persistentes)

Esta advertencia no surge en el vacío. El Aeropuerto Internacional Newark Liberty, un nodo crucial cerca de la ciudad de Nueva York, ha experimentado interrupciones significativas y prolongadas. Durante semanas, los pasajeros han sufrido una cascada de retrasos masivos y cancelaciones de vuelos. Hubo días en que la Administración Federal de Aviación (FAA) tuvo que imponer retrasos en tierra (ground delays) durante horas, afectando cientos de vuelos y dejando a los viajeros varados o con sus planes completamente alterados.

Las estadísticas pintan un cuadro claro del problema. En días particularmente malos, los retrasos promedio superaron las dos horas, y cientos de vuelos fueron directamente cancelados. Si bien las aerolíneas y la FAA a menudo citan el mal tiempo como causa de interrupciones, en el caso reciente de Newark, las explicaciones oficiales apuntan a factores operativos internos: la falta de personal de controlador de tráfico aéreo y obras de construcción en el aeropuerto. Estos problemas sistémicos parecen estar creando un cuello de botella difícil de gestionar.

(Las Raíces del Problema: Personal, Tecnología y Construcción)

¿Qué está causando exactamente esta situación en Newark? Las autoridades y expertos señalan una combinación de factores críticos. En primer lugar, existe una escasez crónica de personal en la torre de control de Newark, un problema que viene de años atrás. La falta de suficientes controladores aéreos capacitados pone una enorme presión sobre los existentes, aumentando el riesgo de errores y dificultando la gestión eficiente del denso tráfico aéreo de la región.

Para intentar mitigar esto, la FAA incluso trasladó parte del control del espacio aéreo de Newark a una instalación en Filadelfia el año pasado. Sin embargo, esta medida parece no haber sido suficiente para resolver la falta de personal estructural. El propio aeropuerto ha reconocido que tanto los problemas de personal como la "construcción" en curso contribuyen a los retrasos.

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Además, la tecnología utilizada para gestionar el tráfico aéreo ha sido señalada como obsoleta. Scott Kirby, CEO de United Airlines, una de las principales aerolíneas en Newark, afirmó que la tecnología falló repetidamente, exacerbando los problemas causados por la falta de personal. El Secretario de Transporte de EE. UU., Pete Buttigieg, también reconoció la necesidad de modernizar la infraestructura. "La tecnología que utilizamos es obsoleta. Eso es lo que está causando las interrupciones y los retrasos que estamos viendo en Newark", declaró Buttigieg durante una visita a instalaciones de la FAA, subrayando la urgencia de invertir en sistemas más modernos y fiables.

(Reacciones y Medidas: Aerolíneas y Gobierno)

La situación ha obligado a tomar medidas drásticas. United Airlines, sintiendo el impacto directo en sus operaciones, decidió recortar 35 vuelos diarios de su programación en Newark Liberty a partir de principios de julio de 2023 (fecha de referencia del incidente original), culpando a la incapacidad de la FAA para manejar adecuadamente el volumen de tráfico con los recursos disponibles. Kirby, en una carta a los clientes, fue claro sobre la insostenibilidad de la situación sin suficientes controladores y con tecnología fallida.

Por su parte, la administración actual y la FAA están trabajando en planes para abordar tanto la escasez de personal a nivel nacional como la modernización de la infraestructura. Se están discutiendo propuestas para mejorar los sistemas de control de tráfico aéreo, pero estas soluciones requieren tiempo y una inversión significativa. La visita del Secretario Buttigieg y sus declaraciones indican que el problema está en la agenda del gobierno, pero la solución completa aún está por llegar. Los desafíos en Newark Liberty son un síntoma de un problema más amplio que afecta al sistema de aviación estadounidense.

La advertencia de un controlador de tráfico aéreo sobre la seguridad en Newark es un llamado de atención serio. Si bien las autoridades trabajan en soluciones, la combinación de falta de personal, tecnología anticuada y construcción sigue generando un entorno operativo tenso en uno de los aeropuertos clave del país. Para los pasajeros que planean volar hacia o desde Newark, la situación exige precaución. Es fundamental verificar el estado de los vuelos con frecuencia, mantenerse informado a través de fuentes confiables y, si es posible, considerar rutas alternativas o tener planes de contingencia.

Más allá del impacto inmediato en los viajeros, este episodio resalta la necesidad crítica de invertir en la infraestructura de control de tráfico aéreo y en la contratación y capacitación de personal. La seguridad y eficiencia del transporte aéreo dependen de ello. La situación en Newark sirve como un recordatorio contundente de que el sistema necesita mejoras urgentes para seguir siendo fiable y, sobre todo, seguro.

Fuente: Daily mail


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