Corrupción en partidos de RD: ¿Hasta cuándo la impunidad?

La corrupción en los partidos de República Dominicana es un mal que carcome las bases de la sociedad y frena el desarrollo del país, generando una profunda frustración en la ciudadanía que ve cómo los problemas se perpetúan sin solución.

Este fenómeno no es exclusivo de una sola bandera política, sino una práctica extendida que parece ser el costo de hacer política en la nación, donde el enriquecimiento ilícito se ha convertido en una sombra constante que persigue a cada administración.

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Un sistema diseñado para pocos

El sistema político dominicano a menudo da la impresión de estar estructurado para beneficiar a una élite, en lugar de servir al pueblo. Cada cuatro años, los ciudadanos escuchan promesas de cambio y transparencia, pero la historia reciente demuestra un patrón repetitivo: los que llegan al poder olvidan rápidamente sus compromisos y los que salen rara vez enfrentan consecuencias reales por sus actos. Esta dinámica crea un ciclo vicioso de impunidad que desalienta la confianza en las instituciones y fomenta la apatía.

La justicia selectiva y la presión externa

Uno de los aspectos más cuestionados es la aparente selectividad de la justicia. La persecución de la corrupción parece activarse principalmente contra los adversarios del gobierno de turno, mientras que las irregularidades internas a menudo se minimizan o ignoran. Resulta revelador que muchas de las acciones más contundentes contra el crimen organizado y el narcotráfico solo ocurran cuando existe presión de organismos internacionales o de países como Estados Unidos. De hecho, como reportan diversos medios de comunicación nacionales, es frecuente que los procesos de extradición se agilicen únicamente bajo la mirada atenta de agencias norteamericanas, lo que deja en evidencia una debilidad institucional preocupante.

Los problemas que nadie resuelve

Mientras la clase política debate y se acusa mutuamente, los problemas reales de la gente siguen sin resolverse. El sistema eléctrico continúa siendo ineficiente y costoso, un lastre para el desarrollo de las familias y las empresas. La pobreza sigue afectando a una parte significativa de la población y la seguridad ciudadana es una materia pendiente, con una policía que necesita una reforma profunda para ser verdaderamente efectiva. La pregunta que resuena en cada barrio y campo del país es simple, ¿cuándo tendremos un gobierno responsable en RD que realmente trabaje para todos?

La voz del pueblo frente al poder

El sentir general es el de un país oprimido por aquellos que deberían protegerlo. Los ciudadanos anhelan un sistema que funcione, donde la ley se aplique por igual para todos, sin importar el partido político, el apellido o la fortuna. La gente trabajadora, la que cumple con sus deberes cada día, exige un liderazgo que esté a la altura de sus sacrificios.

La esperanza reside en que esta exigencia colectiva se transforme en una fuerza indetenible que obligue, finalmente, a una verdadera rendición de cuentas y ponga fin a la larga noche de la impunidad que ha mantenido a la República Dominicana atada a sus verdugos.