Una nueva sombra del COVID-19, la subvariante NB.1.8.1, se extiende con rapidez, especialmente detectada en California. Este escenario enciende las alarmas sobre una posible ola de contagios en verano. Paralelamente, recientes anuncios de figuras clave en la salud de EE.UU. están generando un intenso debate y preocupación sobre el futuro acceso y costo de las vacunas para muchos ciudadanos.  

Nueva Subvariante COVID en Alerta

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto bajo la lupa a la NB.1.8.1, designándola como "Variante Bajo Monitoreo". Su presencia ha crecido de forma notable a nivel global en pocas semanas. Por ejemplo, a finales de abril, representaba casi el 11% de las muestras virales analizadas mundialmente, un salto considerable desde el 2.5% a principios del mismo mes.  

Expertos como la Dra. Yvonne Maldonado de la Universidad de Stanford indican que, si bien NB.1.8.1 no parece causar una enfermedad más grave, sí es más transmisible. Esto se observa tanto en laboratorios como en el aumento de casos en países donde esta variante se ha vuelto común, como Taiwán, que ha reportado un incremento en casos graves y una escasez de kits de prueba. Aunque en Estados Unidos la variante LP.8.1 sigue siendo dominante, la NB.1.8.1 ya se ha detectado en zonas como Los Ángeles y el área de la Bahía de San Francisco.  

Cambios en Políticas de Vacunación Generan Debate

La situación se complica con los recientes anuncios en el ámbito de la salud pública. Robert F. Kennedy Jr., Secretario de Salud y Servicios Humanos, comunicó la anulación de la recomendación federal para que mujeres embarazadas y niños sanos reciban la vacuna contra el COVID-19.  

Sumándose a esto, el Dr. Marty Makary, comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), señaló que la agencia ya no aprobará de forma rutinaria las vacunas COVID anuales para personas sanas menores de 65 años. Argumentan la necesidad de generar más evidencia sobre los beneficios en ciertos grupos, como una persona sana de 52 años que ya tuvo COVID y múltiples dosis de la vacuna.  

Preocupaciones de Expertos en Salud

Estas decisiones han levantado la voz de alerta de varios especialistas. El Dr. Sean O’Leary, de la Academia Estadounidense de Pediatría, recordó que "las mujeres embarazadas, los bebés y los niños pequeños tienen un mayor riesgo de hospitalización por COVID". Además, enfatizó que la seguridad de la vacuna ha sido ampliamente demostrada.  

Existe el temor de que exigir pruebas más exhaustivas retrase el acceso a las vacunas, posiblemente hasta después de la próxima temporada invernal de gripe y COVID. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han sostenido que las vacunas actualizadas ofrecen protección adicional contra visitas a urgencias relacionadas con el virus.

Un efecto colateral importante de estos cambios podría ser el costo. Si las autoridades federales no recomiendan las vacunas para ciertos grupos, las compañías de seguros, tanto privadas como gubernamentales, podrían dejar de cubrir su costo. Esto significaría que muchos estadounidenses, incluyendo bebés y niños, tendrían que pagar el precio completo de la vacuna. Como referencia, el costo de bolsillo de una vacuna COVID en algunas farmacias puede rondar los $199.

La directiva de Kennedy, anunciada en un video en la red social X, generó sorpresa e incluso desconcierto. Según informes de The Washington Post, los CDC no estaban al tanto de esta medida hasta su publicación. Hasta hace poco, el sitio web de los CDC mantenía sus recomendaciones de vacunación para todas las personas mayores de 6 meses.

Expertos como el Dr. Peter Chin-Hong, de la Universidad de California en San Francisco, calificaron como "un poco escalofriante" que una persona designada políticamente eluda el proceso científico establecido para las recomendaciones de vacunas. Por su parte, el Departamento de Salud Pública de California ha afirmado que apoya las recomendaciones amplias actuales sobre las vacunas y que seguirá de cerca el debate federal.  

Conclusión: Nos enfrentamos a un panorama complejo: una nueva subvariante de COVID-19 que se propaga con agilidad y, al mismo tiempo, cambios significativos en las políticas de vacunación que generan incertidumbre. Aunque la fase de emergencia de la pandemia ha pasado, el COVID sigue siendo un tema de salud pública. Es fundamental que la población se mantenga informada a través de fuentes oficiales y consulte con profesionales de la salud para tomar decisiones sobre su bienestar. La evidencia científica y el consenso de los expertos deben seguir guiando las estrategias de salud pública.

Fuente: latimes.com