La sombra de una de las drogas sintéticas más letales del mundo, el fentanilo, planea sobre el Caribe, generando un debate crucial en la República Dominicana. Mientras la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) lanza una advertencia sobre el peligro y la posible presencia de esta sustancia en el país, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) mantiene una postura firme: hasta ahora, no hay evidencia de su circulación en territorio dominicano. Esta discrepancia, surgida en el marco de una conferencia sobre drogas sintéticas, pone de relieve la complejidad del combate al narcotráfico y la importancia de la prevención ante una amenaza que ha devastado comunidades en otras partes del mundo. ¿Qué significa esta diferencia de posturas para la seguridad y la salud pública en la República Dominicana? Analicemos la situación.

(¿Qué es el Fentanilo y Por Qué es Tan Peligroso?)

Antes de profundizar en las declaraciones, es vital entender qué es el fentanilo. Se trata de un opioide sintético, desarrollado inicialmente para uso médico, específicamente para manejar dolores intensos, como los asociados al cáncer avanzado o después de cirugías mayores. Su potencia es su característica más destacada y peligrosa: es entre 50 y 100 veces más fuerte que la morfina y significativamente más potente que la heroína.

El peligro real surge cuando el fentanilo se fabrica y distribuye ilegalmente. A menudo se mezcla con otras drogas callejeras, como la heroína, la cocaína o las metanfetaminas, o se prensa en pastillas que imitan a analgésicos recetados legítimos. La persona que consume estas drogas adulteradas muchas veces no sabe que está ingiriendo fentanilo. Debido a su extrema potencia, una cantidad mínima –tan pequeña como unos pocos granos de sal– puede ser suficiente para causar una sobredosis fatal. La depresión respiratoria, es decir, la disminución peligrosa de la respiración, es la causa principal de muerte en las sobredosis por fentanilo. Esta característica lo convierte en un desafío enorme para la salud pública y las fuerzas del orden en todo el mundo. La crisis de opioides en Estados Unidos, por ejemplo, ha sido trágicamente agravada por la proliferación del fentanilo ilícito.

(La Postura Firme de la DNCD: Sin Evidencia de Circulación)

En el contexto dominicano, la voz oficial ha sido clara y tranquilizadora. El presidente de la DNCD, Vicealmirante José Manuel Cabrera Ulloa, ha reiterado en distintas ocasiones, incluyendo la reciente inauguración de la conferencia "Tendencias Emergentes en Drogas Sintéticas Ilícitas", que no existen pruebas concretas que indiquen la presencia o circulación de fentanilo en la República Dominicana. "Hasta este momento no hay ningún elemento que indique que hay una circulación de fentanilo en el país", afirmó Cabrera Ulloa de manera categórica.

Sin embargo, esta afirmación no implica inacción. El titular de la DNCD fue enfático al señalar que la institución no subestima la amenaza potencial. Se han adoptado medidas preventivas importantes, siendo la capacitación del personal una de las claves. Preparar a los agentes y analistas para identificar, manejar y actuar rápidamente ante cualquier intento de introducción de fentanilo es una prioridad. Esta preparación incluye el conocimiento sobre cómo detectar la sustancia, los riesgos asociados a su manejo (incluso la exposición accidental puede ser peligrosa) y los protocolos a seguir en caso de hallazgo. La DNCD busca estar un paso adelante, fortaleciendo sus capacidades para proteger al país de esta droga devastadora, aun cuando insisten en que no ha penetrado sus fronteras hasta la fecha.

(La Advertencia de la DEA: Un Peligro Latente)

En contraste directo con la posición de la DNCD, la perspectiva de la DEA, representada por Justin Hitz, jefe de la Unidad de Entrenamiento Internacional y Recuperación de Personal, es de cautela y advertencia. Durante la misma conferencia, Hitz no descartó la presencia de fentanilo en la República Dominicana y subrayó el "peligro latente" que representa esta sustancia.

La postura de la DEA puede interpretarse desde una perspectiva más amplia y regional. Considerando las rutas del narcotráfico en el Caribe y la adaptabilidad de las redes criminales, que constantemente buscan nuevos productos y mercados, la preocupación de la agencia estadounidense es comprensible. El fentanilo es relativamente fácil y barato de producir sintéticamente, lo que lo hace atractivo para los traficantes. La DEA, con su visión global y regional del flujo de drogas, probablemente basa su advertencia en patrones de tráfico, inteligencia sobre movimientos de precursores químicos y la experiencia vivida en Estados Unidos y otros países afectados. No necesariamente contradice la falta de incautaciones confirmadas por la DNCD, sino que apunta a un riesgo potencial que no debe ser ignorado. La advertencia funciona como un llamado a la vigilancia continua y a la cooperación internacional.