La calma de la tarde del viernes se vio interrumpida en la región de Atacama, en el norte de Chile, cuando un fuerte movimiento de tierra agarró de sorpresa a sus habitantes. La tierra volvió a recordar su fuerza en una de las zonas más sísmicas del planeta, generando preocupación inmediata pero, afortunadamente, sin dejar víctimas que lamentar.

El evento, que se sintió con considerable intensidad, ha puesto a prueba una vez más los protocolos de emergencia del país y la resiliencia de su gente, acostumbrada a convivir con la actividad tectónica.

Detalles del temblor que sorprendió a Atacama

El reloj marcaba la 1:15 de la tarde (17:15 GMT) cuando se produjo la sacudida. Según la información oficial del Centro Sismológico Nacional de Chile, el epicentro del sismo se localizó a 54 kilómetros al sur de la ciudad de Diego de Almagro. La magnitud fue confirmada en 6,4, una cifra considerable que lo clasifica como un sismo de fuerte intensidad.

Este sismo en Chile se sintió en varias localidades de la región de Atacama, provocando que miles de personas evacuaran sus lugares de trabajo y hogares por precaución. Las imágenes que comenzaron a circular en redes sociales y medios locales mostraban escenas de inquietud, pero también de una ordenada respuesta ciudadana.

La respuesta oficial no se hizo esperar. El presidente de la República, Gabriel Boric, utilizó su cuenta en la red social X para informar a la nación. "He sido informado por las autoridades locales que no hay víctimas reportadas por ahora", comunicó el mandatario, añadiendo que había convocado de inmediato al Comité de Gestión del Riesgo de Desastres (Cogrid) para "consolidar información y evaluar daños".

Los primeros informes del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) confirmaron los efectos iniciales. Miguel Ortiz, subdirector de gestión de emergencias, detalló que "se registraron 23.000 clientes con interrupción del suministro eléctrico en la región de Atacama". Además, se reportaron "desprendimientos menores" de tierra y rocas en algunas rutas y cerros cercanos a Copiapó, la capital regional, situada a unos 800 km al norte de Santiago.

La región de Atacama es un corazón minero para Chile y el mundo. Por ello, la preocupación se extendió a las grandes faenas del área. La estatal Codelco, la mayor productora de cobre del planeta, emitió un comunicado para llevar tranquilidad, asegurando que en ninguna de sus operaciones en la zona "se registran daños a las personas ya las instalaciones". Este anuncio fue clave para calmar los mercados y asegurar la continuidad de un sector vital para la economía chilena.

Para la gente de a pie, el evento fue un tremendo susto que alteró la normalidad del viernes, con cortes de luz y la incertidumbre de las primeras horas.

Que Chile tiemble no es una novedad, pero cada evento de magnitud recuerda la geología sobre la que se asienta el país. Ubicado en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, el territorio chileno es el punto de encuentro de las placas de Nazca y Sudamericana. Este choque constante de placas tectónicas acumula una enorme cantidad de energía que se libera en forma de sismos.

La historia del país está marcada por terremotos devastadores. En 1960, la ciudad de Valdivia sufrió el terremoto más potente jamás registrado por instrumentos en la historia de la humanidad, con una magnitud de 9,5, que dejó una estela de destrucción y miles de fallecidos. Más recientemente, en 2010, un sismo de 8,8 y el posterior tsunami golpearon la zona centro-sur, causando más de 520 muertes.

Estos eventos han forzado a Chile a desarrollar una estricta norma de construcción antisísmica y una cultura de prevención que hoy se considera un referente a nivel mundial. El temblor en el norte de Chile de este viernes, si bien fuerte, sirve como un recordatorio constante de que la preparación y la rápida reacción son las mejores herramientas para enfrentar la fuerza de la naturaleza.

Fuente: La información principal fue reportada por el Centro Sismológico Nacional de Chile.