Un caso inusual ha captado la atención internacional desde un monasterio italiano, planteando preguntas sobre los prejuicios y las percepciones dentro de algunas instituciones religiosas. Aline Pereira Ghammachi, una monja brasileña de 38 años, denuncia haber sido removida de su cargo, según ella, por razones ligadas a su apariencia física. Este hecho ha generado un debate y la solidaridad de varias de sus compañeras.

El Camino Interrumpido de Aline Pereira

Originaria de Macapá, Brasil, Aline Pereira Ghammachi tomó una decisión de vida trascendental al dejar su carrera en Administración de Empresas para dedicarse por completo a la vida monástica. Su vocación la llevó a un monasterio en Italia, donde con el tiempo asumió responsabilidades importantes.

Sin embargo, su trayectoria dio un giro inesperado. Según relató la propia Aline a diversos medios de comunicación en Brasil e Italia, comenzó a ser objeto de comentarios inapropiados por parte de algunas figuras de autoridad. Estas observaciones, según su testimonio, se centraban en que su "belleza y popularidad" no encajaban con la imagen tradicional esperada de una monja. Incluso, señaló que el abad Mauro Giuseppe Lepori la habría calificado como "demasiado bonita para ser abadesa".

Estas tensiones derivaron en una investigación oficial por parte del Vaticano. Como resultado de dicho proceso, Aline Pereira Ghammachi fue formalmente destituida de su cargo como abadesa. La decisión no solo afectó a Aline, sino que también tuvo un impacto significativo en la comunidad del monasterio.

En un notable acto de apoyo y protesta, 11 de las 22 monjas que conformaban la comunidad del monasterio decidieron renunciar a sus puestos. Este gesto de solidaridad resalta la profunda división y el malestar que la situación generó entre las religiosas.