Tensión en Despacho Oval: Trump y Líder Sudafricano

Un encuentro tenso tuvo lugar en la Casa Blanca entre el entonces presidente Donald Trump y el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa. La reunión se centró en las controvertidas y falsas afirmaciones de Trump sobre un supuesto "genocidio" contra agricultores blancos en Sudáfrica.

La Confrontación y las Pruebas de Trump

En un movimiento poco usual dentro del Despacho Oval, el presidente Trump intentó respaldar sus serias acusaciones atenuando las luces para proyectar videos en un monitor. Según Trump, estas imágenes, junto con recortes de artículos periodísticos, demostraban la violencia y persecución contra los agricultores afrikáneres blancos. "No sé, todos estos son artículos de los últimos días: muerte de personas, muerte, muerte, muerte, muerte horrible", afirmó Trump, sugiriendo que los sudafricanos blancos estaban "huyendo debido a la violencia y las leyes racistas". Añadió que la situación era "prácticamente lo opuesto al apartheid" y que "nadie lo sabe" porque "nunca se informa".  

El presidente Ramaphosa, visiblemente sorprendido por lo que pareció una emboscada mediática, negó en ocasiones haber visto el contenido que se mostraba. La fuente de los videos no fue clarificada durante la presentación.

La Respuesta Firme de Sudáfrica

Vincent Magwenya, portavoz presidencial de Sudáfrica, calificó posteriormente la presentación de Trump como una "mala recopilación de videos antiguos" y una "completa mentira" en declaraciones al corresponsal principal de ABC News en la Casa Blanca.

Durante el intercambio, Ramaphosa refutó las afirmaciones de Trump, explicando que los fragmentos de discursos mostrados no representaban la "política gubernamental" de Sudáfrica. Argumentó que los oradores y sus puntos de vista pertenecían a "grupos políticos extremistas marginales".  

"Hay criminalidad en nuestro país", admitió Ramaphosa. "Las personas que mueren, desafortunadamente, a causa de actividades delictivas no son solo personas blancas, la mayoría son personas negras". El líder sudafricano enfatizó que si realmente estuviera ocurriendo un genocidio de agricultores afrikáneres, ni él ni su ministro de agricultura estarían presentes en esa reunión. Instó a Trump a "escuchar las voces de los sudafricanos" para comprender la realidad.

A pesar de los intentos de Ramaphosa por desviar la conversación hacia temas de comercio e inversión económica, el verdadero motivo de su visita, Trump insistió en el trato a los sudafricanos blancos. Sin embargo, cuando se le presionó sobre qué esperaba que hiciera el gobierno sudafricano, Trump admitió: "No lo sé".

Un detalle notable de la reunión fue la presencia de Elon Musk, empresario de origen sudafricano y entonces asesor presidencial. Musk, quien también había difundido las falsas acusaciones de "genocidio blanco", permaneció en silencio detrás de un sofá durante el tenso diálogo. Trump bromeó: "Elon es de Sudáfrica… Esto es lo que Elon quería".  

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Este encuentro ocurrió en un contexto donde decenas de refugiados afrikáneres habían llegado a Estados Unidos. Sus solicitudes fueron aceleradas bajo una orden ejecutiva de Trump titulada "Abordando las Atroces Acciones de la República de Sudáfrica". Dicha orden alegaba que el gobierno sudafricano había aprobado una ley para "confiscar las propiedades agrícolas de la minoría étnica afrikáner sin compensación". La orden también indicaba que Estados Unidos no proporcionaría ayuda a Sudáfrica y promovería el reasentamiento de refugiados afrikáneres.  

La ley sudafricana en cuestión busca rectificar las injusticias territoriales heredadas del apartheid. Esta legislación permite la expropiación de tierras en interés público, generalmente con una compensación acordada o aprobada por un tribunal. Expertos señalan que es comparable a leyes de dominio eminente en otros países.  

Ramaphosa había declarado previamente que los sudafricanos blancos reasentados en EEUU "no encajan en la definición de refugiado", que se aplica a quien huye por temor a persecución por raza, religión, nacionalidad o afiliación política.

El debate también se extendió al Senado de EEUU. El entonces secretario de Estado, Marco Rubio, defendió la postura de la administración, afirmando que los individuos acogidos "se sintieron profundamente perseguidos y cumplían con todos los requisitos necesarios". En contraste, el senador demócrata Tim Kaine calificó la afirmación de persecución contra agricultores afrikáneres como "completamente engañosa", recordando que Estados Unidos no admitió a sudafricanos negros durante el apartheid.

A pesar de la naturaleza confrontacional del encuentro, el portavoz sudafricano destacó la compostura de Ramaphosa. Magwenya comentó a ABC News que el presidente sudafricano "esperaba" ser confrontado con un "espectáculo" por parte de Trump. "Vieron la calma que mantuvo el presidente Ramaphosa todo el tiempo; eso debería indicarles que no fue una sorpresa. En ningún momento perdió la calma; se mantuvo elegante y digno", señaló.

Este episodio subraya las tensiones y malentendidos que pueden surgir en la arena diplomática, especialmente cuando se basan en narrativas no verificadas o distorsionadas. La firmeza y la presentación de hechos por parte de la delegación sudafricana buscaron contrarrestar una visión simplificada y alarmista de una situación interna compleja.

Fuente: Información basada en un reporte de ABC News, con contribuciones de Shannon Kingston.


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