La Ministra Faride Raful presenta querellas penales por difamación y daños morales contra Ingrid Jorge y Ángel Martínez. Conozca los detalles de este caso que enciende el debate sobre los límites en las plataformas digitales en República Dominicana.
Tormenta Legal: Faride Raful Emprende Acciones Judiciales por Difamación
Santo Domingo, República Dominicana. El ambiente político y mediático dominicano se ha visto sacudido este 30 de mayo de 2025. La Ministra de Interior y Policía, Faride Raful, ha decidido pasar a la ofensiva y llevar a los tribunales a quienes, según alega, han intentado manchar su honor y reputación. A través de su abogado apoderado, el reconocido jurista Miguel Valerio, Raful interpuso formalmente dos querellas penales ante la Procuraduría Especializada en Crímenes y Delitos de Alta Tecnología. ¿Los señalados? La comunicadora Ingrid Jorge y el controversial Ángel Martínez, conocido como "el detective".
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Este movimiento legal no es una sorpresa menor; se venía gestando tras una serie de señalamientos que la ministra ha calificado de infundados y malintencionados. La acción busca sentar un precedente claro contra lo que considera una campaña de desprestigio.
Las querellas presentadas por el equipo legal de Faride Raful son contundentes. No se andan con rodeos al detallar las presuntas infracciones: difamación, daños y perjuicios, y la difusión de afirmaciones falsas. Estas últimas son particularmente delicadas, ya que, según la acusación, vinculan a la funcionaria con supuestas actividades ilícitas y conductas sexuales inapropiadas.
Fuentes cercanas a la ministra indican que Raful ha sido enfática en la defensa de su derecho fundamental a la intimidad y al honor. La querella no solo busca una retractación, sino que exige que los responsables asuman las consecuencias legales por señalamientos que, a su juicio, tienen el claro objetivo de erosionar su imagen pública y su trayectoria profesional. Se habla de un intento deliberado por "destruir una carrera construida con esfuerzo y transparencia".
La Respuesta de Raful: "No Permitiré que Intereses Oscuros Socaven mi Trayectoria"
La ministra Raful ha sido clara en su postura. Considera que las afirmaciones difundidas por Jorge y Martínez son "injuriosas y carentes de todo fundamento". En diversas ocasiones, aunque sin referirse directamente al caso hasta ahora, Raful ha reiterado su compromiso con la transparencia y la legalidad, subrayando que no permitirá que "intereses oscuros", como ella misma los ha calificado, intenten socavar su gestión y su persona.
La confianza de Raful en el sistema de justicia dominicano es palpable. Espera que la Procuraduría actúe con la diligencia y contundencia que el caso amerita, no solo para proteger sus derechos individuales, sino para enviar un mensaje claro contra la desinformación y el hostigamiento en el país. "Esto va más allá de mi persona; se trata de la integridad del debate público", habría comentado en círculos íntimos.
Este caso, que promete acaparar titulares en las próximas semanas, reaviva con fuerza el debate sobre los límites de la libertad de expresión en plataformas digitales y medios de comunicación. ¿Hasta dónde llega el derecho a informar u opinar y dónde comienza el ataque a la honra de las personas? Esta es una interrogante que resuena con especial intensidad cuando los involucrados son figuras públicas, constantemente bajo el escrutinio popular.

Expertos en derecho y comunicación ya comienzan a analizar las posibles implicaciones. La facilidad con la que se puede difundir información (veraz o no) en la era digital ha creado un terreno fértil para las campañas de desprestigio. La dificultad para controlar estos flujos informativos y la rapidez con la que una falsedad puede viralizarse plantean enormes desafíos para la justicia.
La Procuraduría de Alta Tecnología: Un Desafío Clave
Ahora, la Procuraduría Especializada en Crímenes y Delitos de Alta Tecnología tiene sobre la mesa una "papa caliente". Su labor será crucial para investigar a fondo las denuncias presentadas por Faride Raful. Deberán analizar las pruebas, escuchar a las partes y determinar si existen méritos suficientes para llevar el caso a juicio.
Este proceso no solo será seguido de cerca por los implicados y la clase política, sino por toda la sociedad dominicana. Podría, sin duda, marcar un hito en la jurisprudencia nacional referente a la defensa del honor y la privacidad en el contexto de los delitos cometidos a través de medios tecnológicos. La forma en que se maneje este caso podría redefinir las reglas del juego para comunicadores, influencers y cualquier persona que utilice las redes para difundir información sobre terceros.
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