La tragedia en la discoteca Jet Set marcó un antes y un después en la historia de la vida nocturna del país, y a seis meses del fatídico suceso, el caso parece estancado en un limbo judicial que agrava el dolor de los familiares de las víctimas. Aquella noche, lo que comenzó como una celebración al ritmo del merengue terminó convirtiéndose en una escena de horror que dejó un saldo de 236 personas fallecidas y más de 180 heridos. El emblemático centro de diversión quedó reducido a escombros, llevándose consigo casi cinco décadas de historia.
Una noche que se apagó en un instante
El último "lunes bailable" se desarrollaba con la energía que caracterizaba al Jet Set. Cientos de personas, incluyendo dominicanos y extranjeros, se habían dado cita para disfrutar de la presentación del icónico merenguero Rubby Pérez. La alegría era palpable y el ambiente era de pura fiesta, reflejando el calibre internacional del artista conocido como “La voz más alta del merengue”.
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Cerca de las 12:40 de la madrugada, mientras el cantante interpretaba su éxito “De color de rosa”, la estructura cedió. El techo se vino abajo de manera repentina, sepultando a los presentes bajo una pesada loza de cemento y escombros. El pánico se apoderó del lugar mientras algunos lograban escapar y otros quedaban atrapados, en una agonía que todavía estremece a la sociedad.
Figuras reconocidas entre las víctimas
La magnitud del desastre se hizo evidente al conocerse la identidad de algunas de las víctimas. Entre los fallecidos se encontraban figuras de alto perfil como el propio Rubby Pérez, el ex pelotero de Grandes Ligas Octavio Dotel, y el reconocido diseñador Martín Polanco. También perdieron la vida la gobernadora Nelsy Cruz, el mayor general José Luis Domínguez Castillo, y los ejecutivos del Banco Popular, Eduardo Grullón y su esposa Joanna de Grullón, junto a Guarionex Estrella y su esposa Alexandra Grullón.
Un proceso judicial que avanza con lentitud
El derrumbe de la discoteca en Santo Domingo activó una respuesta masiva de los organismos de socorro. Las llamadas desesperadas al 911 superaron el centenar, y los equipos de rescate trabajaron incansablemente durante días para remover escombros y buscar sobrevivientes. La escena fue tan impactante que el propio presidente Luis Abinader y el director del COE, Juan Manuel Méndez García, no pudieron contener las lágrimas al visitar el lugar.
Un informe oficial posterior, citado por el portal N Digital, estableció las causas del colapso y señaló las implicaciones de los propietarios del local, los hermanos Antonio y Maribel Espaillat. Según las investigaciones, el techo ya había mostrado señales de deterioro, con desprendimientos menores que eran ignorados.
Actualmente, los hermanos Espaillat enfrentan un proceso judicial tras pagar una fianza para permanecer en libertad. Su defensa ha solicitado un nuevo peritaje técnico, una petición que el Ministerio Público rechaza firmemente, argumentando que el informe forense que sustenta la acusación es concluyente y que uno nuevo podría ser parcializado. Con la próxima audiencia fijada para el 24 de octubre, la tragedia en la discoteca Jet Set sigue siendo una herida abierta que clama por respuestas claras y acciones contundentes.
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