China impone nuevas reglas a influencers para opinar

Las nuevas reglas para influencers en China han transformado por completo el panorama para los creadores de contenido en el gigante asiático. El gobierno ha puesto en marcha una normativa que busca profesionalizar las opiniones en internet, estableciendo que ya no cualquiera podrá hablar sobre cualquier tema sin demostrar que tiene el conocimiento necesario para hacerlo.

Esta medida representa un antes y un después en la forma en que se comparte la información en las plataformas digitales del país.

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A partir de ahora, aquellos que deseen abordar asuntos considerados de alta especialización como la medicina, las finanzas, la educación o el derecho, tendrán la obligación de presentar pruebas concretas de su formación. Se acabaron los días de improvisar o de difundir datos sin un respaldo verificable.

¿Cómo funciona la verificación de credenciales?

La directriz es clara. Si un creador de contenido quiere publicar videos o artículos sobre diagnósticos médicos, asesoría legal o estrategias de inversión, primero deberá pasar por un filtro. Deberá mostrar títulos universitarios, certificados profesionales o cualquier documento que valide su experiencia en el campo. Quien no logre pasar esta verificación de credenciales, simplemente no recibirá la autorización para difundir ese tipo de material.

Esta responsabilidad no recae únicamente sobre los individuos. Las grandes plataformas tecnológicas también tienen un papel activo en este nuevo sistema. Empresas como Weibo o Douyin, la versión china de TikTok, están obligadas a examinar y confirmar las cualificaciones de sus usuarios antes de permitirles publicar sobre estos temas sensibles. La idea es construir un ecosistema digital donde la información especializada provenga de fuentes genuinamente calificadas, una política que ha sido comunicada por las autoridades reguladoras del ciberespacio en China.

Un debate sobre control y seguridad

La principal justificación de esta regulación es la lucha contra la desinformación. Las autoridades buscan proteger a los ciudadanos de consejos peligrosos o falsos que puedan afectar su salud, su patrimonio o su bienestar general. Es una respuesta directa al fenómeno global de los "expertos" que surgen de la noche a la mañana en redes sociales, muchas veces sin ninguna base real para las afirmaciones que realizan.

Mientras en muchas partes del mundo el debate sobre la regulación de contenidos apenas comienza, China ha trazado una línea muy definida. El mensaje que se envía es potente y directo: si vas a enseñar algo a una audiencia masiva, primero debes demostrar que realmente sabes de lo que hablas.

Esta política ha generado una amplia discusión sobre los límites de la libertad en internet y el control de la información, marcando un camino distinto al que se sigue en occidente. Las nuevas reglas para influencers en China establecen un precedente sobre cómo un gobierno puede intervenir para ordenar el flujo de conocimiento en la era digital.